martes, 11 de junio de 2013

Nuevos criterios para el diagnostico de la fibromialgia

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Fibromialgia; Nuevos criterios para el diagnostico de la fibromialgia

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Fibromialgia; Nuevos criterios para el diagnostico de la fibromialgia

Hasta ahora desde 1990 en que el Colegio Americano de Reumatología (ACR) crease los criterios de diagnósticos para la fibromialgia, el diagnóstico de esta se basa en el dolor generalizado y la exploración de una serie de puntos sensibles.
En este mes, Mayo del 2010 el Colegio Americano de Reumatología ha creado unos nuevos criterios diagnósticos (The American College of Rheumatology Preliminary Diagnostic Criteria for Fibromyalgia
and Measurement of Symptom Severity) en los que la palpación de los puntos sensibles deja de tener relevancia y se tienen en cuenta una serie de síntomas que hasta ahora no han sido tenidos en cuenta.
Para ello se utilizan dos escalas; La primera es el índice de Dolor Generalizado ( Widespread Pain Index (WPI)) y la segunda es el Índice de Gravedad de Síntomas (Symptom Severity Score – SS Score).
Los resultados sólo son válidos los sufridos en la última semana aunque se haya estado tomando medicación. A continuación se facilitan estas dos escalas (hay que recordar que los resultados son sólo válidos efectuados por el profesional de medicina que debe realizarlos).
Nuevos Criterios Preliminares para el Diagnóstico Clínico de la Fibromialgia
Índice de Dolor Generalizado – Widespread Pain Index (WPI)
Areas dolorosas en fibromialgia
Ponga una cruz sobre cada área en la que ha sentido dolor durante la semana pasada, teniendo en cuenta que no debe incluir dolores producidos por otras enfermedades que sepa que sufre (artritis, lupus, artrosis, tendinitis, etc.):
tabla areas dolorosas fibromialgia
Cuente el número de áreas que ha marcado y anótelo aquí: _____________
Observará que el valor WPI oscila entre 0 y 19.
Índice de Gravedad de Síntomas (Symptom Severity Score – SS Score)
SS-Parte 1
Indique la gravedad de sus síntomas durante la semana pasada, utilizando las siguientes escalas, que se puntúan del 0 (leve) al 3 (grave):
fibromialgia gravedad de los sintomas
Sume el valor de todas las casillas marcadas y anótelo aquí: ____________
Observará que el valor SS-Parte 1 oscila entre 0 y 9.
Índice de Gravedad de Síntomas (Symptom Severity Score – SS Score)
SS-Parte 2
Marque cada casilla que corresponda a un síntoma que ha sufrido durante la semana pasada.
sintomas de fibromialgia; tabla con sintomas
Cuente el número de síntomas marcados, y anótelo aquí: ______________________
Si tiene 0 síntomas, su puntuación es 0
Entre 1 y 10, su puntuación es 1
Entre 11 y 24, su puntuación es 2
25 o más, su puntuación es 3
Anote aquí su puntuación de la SS-Parte 2 (entre 0 y 3): _______________________
Suma de su puntuación SS-Parte 1+ SS-Parte 2 = ____________________________
Compruebe que la puntuación se encuentre entre 0 y 12 puntos.

La fibromialgia es una enfermedad invalidante

martes, 26 de febrero de 2013

LA FIBROMIALGIA ES UNA ENFERMEDAD INVALIDANTE


El 8 de Mayo de 2012 en el Congreso de los Diputados, se aprueba por todos los grupos políticos la Fibromialgia como enfermedad invalidante. 

No es frecuente que todos los políticos representantes de sus  respectivos partidos estén de acuerdo en algo que es el "grito de socorro "  que llevamos lazando los enfermos y las enfermas de Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónica, Sensibilidad Química Múltiple, Electrohipersensibilidad, y afectados por mercurio en empastes dentales. 

Todos y todas padecen la fibromialgia acompañando a estas  otras enfermedades relacionadas. 

El Documento de Consenso para la Sensibilidad Química Múltiple  publicado por  el Gobierno en 2011, las define correctamente: enfermedades comórbidas.

Si la unanimidad se recoge en el Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados...

¿ donde esta el resultado para los enfermos y enfermas?

¿ por qué no vemos cambios en los tribunales médicos del  INSS ? 

¿ por qué sigue el peregrinar y seguimos siendo tratadas como histéricas las mujeres que lo padecemos de forma mayoritaria? 

¡ Es el momento que  reclamemos lo que "los políticos nos conceden" según sus palabras ! 
Y no olvidemos que son nuestros derechos.

enlace diario de sesiones del congreso. ver pag. 6 

lunes, 10 de junio de 2013

El dolor crónico puede afectar a la memoria

Edición|Fibromialgia.nom.es
Fuente|Jano Online


Las personas que padecen dolor crónico podrían sentir su memoria saturada por las tareas múltiples cotidianas, según indica un nuevo estudio de la University of Alberta (Canadá), publicado en “Anesthesia and Analgesia”. La investigación en 24 hombres y mujeres tratados en una clínica del dolor halló que el dolor crónico alteraba la memoria a corto plazo de los pacientes.

Muchas de esas personas no lograban mantener un rastro en la memoria de una pieza de información mientras realizaban otra tarea. En la vida real, eso se podría trasladar, por ejemplo, a la dificultad para recordar un número telefónico mientras se busca un lápiz y se sostiene a un bebé, señaló el coautor del estudio, Dr. Bruce D. Dick.

Es posible que el dolor crónico interrumpa la atención de una persona y básicamente devore algunos recursos que el cerebro dedicaría a la memoria a corto plazo, el reservorio temporal en el que se procesa la información antes de pasar a la memoria a largo plazo, sostuvo el Dr. Dick.

El equipo reunió a 24 pacientes de la clínica del dolor de la universidad que padecían dolor en las articulaciones, la espalda, los miembros superiores e inferiores y en otras partes del cuerpo durante los últimos seis meses.

Según las pruebas estándares de atención y memoria a corto plazo, 16 pacientes tenían problemas de memoria debido al dolor. De ellos, los más afectados no podrían mantener un recuerdo reciente. Para el Dr. Dick, los resultados respaldan lo que refieren muchos pacientes con dolor crónico: que su memoria también sufre por el dolor físico.

Trastornos del sueño y dolor crónico

TRASTORNO DEL SUEÑO Y DOLOR CRONICO

transtornosPadecer dolor crónico supone un importante impacto sobre la calidad del sueño del paciente que lo sufre. Una mayor intensidad de dolor se ha asociado a una mayor prevalencia de trastornos del sueño, siendo esta relación recíproca y que perpetúa un círculo vicioso entre ambos. Teniendo en cuenta que algunos de los fármacos que manejamos habitualmente para el control analgésico, fundamentalmente opioides, pueden modificar la arquitectura del sueño, tanto positiva como negativamente, consideramos importante empezar a valorar la calidad del sueño del paciente con dolor crónico como un indicador de calidad en el manejo del tratamiento analgésico.
INTRODUCCIÓN
El dolor crónico afecta al 20-35% de la población mundial. Más del 60% de los pacientes que lo sufren, lo refieren de intensidad moderada-severa reconociendo haber experimentado dolor crónico durante más de 5 años. El gran impacto económico y social de este tipo de pacientes supone un factor determinante y prioritario a tener en cuenta a nivel de planificación sanitaria, y más, observando la tendencia al aumento del envejecimiento poblacional que se sufre a nivel mundial. Padecer dolor crónico supone una reducción significativa de la calidad de vida del paciente, manifestándose con disminución de la calidad del sueño, interferencia a nivel social y de las actividades diarias, disminución de la capacidad cognitiva del paciente y predisposición a sufrir ansiedad y depresión. Recientes estudios enfatizan que a pesar de que el control de la intensidad del dolor es un objetivo prioritario a la hora de plantear el tratamiento del dolor crónico, otros factores concomitantes al dolor deben de tenerse en cuenta como marcadores de la calidad de tratamiento del mismo.
En recientes investigaciones, la calidad del sueño se está empezando a considerar como un factor crítico e independiente del resto de comorbilidades asociadas al dolor, siendo de fundamental importancia a la hora de evaluar el enfoque satisfactorio del tratamiento del paciente con dolor crónico. Se estima que entre un 50-70% de los pacientes con dolor moderado-intenso sufren trastornos del sueño asociados a despertares nocturnos por dolor, dificultad para quedarse dormido y sueño no reparador. Estos trastornos del sueño presentan una relación directa y recíproca con la intensidad de dolor que sufre el paciente: el dolor produce mala calidad del sueño y este último a su vez conlleva un incremento en la intensidad de percepción del dolor. Ciertos fármacos que empleamos habitualmente en el tratamiento del paciente con dolor crónico afectan a la arquitectura del sueño.
A pesar de que se asume que los fármacos analgésicos se prescriben para controlar el dolor, se ha visto que también pueden interaccionar a nivel de la calidad del sueño y en consecuencia afectar a la percepción de la intensidad del dolor del paciente. A continuación realizamos una revisión sobre la calidad del sueño de los pacientes con dolor crónico, y cómo los opioides influyen sobre ambos.
PREVALENCIA DE TRASTORNOS DEL SUEÑO EN PACIENTES CON DOLOR CRÓNICO
La prevalencia de trastornos del sueño en los pacientes con dolor crónico es mayor que en la población general, estimándose que entre un 50 y un 89% de los pacientes con dolor crónico en las Unidades del Dolor padecen pobre calidad del sueño, por lo que es razonable pensar que la mayoría de ellos sufren este problema. Recientes investigaciones confirman que ciertas patologías, como las enfermedades reumáticas y las cefaleas, se asocian con mayor disfunción del sueño. Por lo tanto, esta disminución de la calidad del sueño supone una merma significativa en la calidad de vida del paciente, que desde nuestro punto de vista, deberíamos de empezar a objetivar para su mejor control analgésico.
Subjetivamente, el paciente lo refiere frecuentemente como insomnio (dificultad para quedarse dormido, despertares precoces). Objetivamente se demuestra que el paciente con dolor crónico experimenta fragmentaciones del sueño y disminución del sueño reparador. Sin olvidar, que también se pueden presentar trastornos primarios del sueño como apnea del sueño, síndrome de piernas inquietas, hipoventilación-obesidad que agravan todo el cuadro.
CALIDAD DEL SUEÑO COMO OUTCOME INDIVIDUAL EN EL CONTROL DEL DOLOR
La calidad del sueño se está empezando a considerar como un factor crítico e independiente del resto de comorbilidades asociadas al dolor, de fundamental importancia a la hora de evaluar el enfoque satisfactorio del tratamiento del paciente con dolor crónico. Se estima que entre un 50- 70% de los pacientes con dolor moderado-intenso sufren trastornos del sueño, asociados a despertares nocturnos por dolor, dificultad para quedarse dormido y sueño no reparador. Estos trastornos del sueño presentan una relación directa y recíproca con la intensidad de dolor que sufre el paciente: el dolor produce mala calidad del sueño y este último a su vez conlleva un incremento en la intensidad de percepción del dolor. En recientes investigaciones se demuestra que el dolor crónico puede interrumpir el sueño y al mismo tiempo, esta mala calidad del sueño puede aumentar la percepción de dolor, creando un círculo vicioso difícil de romper y que influye en la respuesta al tratamiento analgésico pautado. Por todo ello, es razonable pensar que un manejo satisfactorio del control del dolor, puede mejorar las alteraciones del sueño en pacientes con dolor crónico y viceversa. De esta manera, se propone considerar la calidad del sueño como un factor crítico e independiente del resto de comorbilidades asociadas al dolor, de fundamental importancia a la hora de evaluar el enfoque satisfactorio del tratamiento del paciente con dolor crónico.
INFLUENCIA DE LA DEPRIVACIÓN DE SUEÑO Y PERCEPCIÓN DEL DOLOR
Como se ha ido comentando anteriormente, el dolor crónico se asocia frecuentemente a trastornos del sueño, por ejemplo, cambios en la arquitectura del mismo e incremento de la somnolencia diurna. Nuevas hipótesis sugieren que estas modificaciones de los patrones del sueño pueden afectar a la modulación del dolor agudo y crónico. Según la relación recíproca entre sueño y dolor ya explicada, investigaciones realizadas sugieren que la deprivación de sueño puede provocar hiperalgesia. De este modo, esta deprivación puede interferir en el resultado del tratamiento analgésico mediado por opioides y mecanismos de acción serotoninérgicos. En experimentación animal se ha observado que esta supresión de la fase REM del sueño produce menor eficacia antiálgica de la morfina en dolor inducido. Esto sugiere que los opioides pueden ser menos eficaces bajo condiciones de supresión de fase REM en dolor crónico, e indica también que la administración de morfina podría exacerbar la supresión de la fase REM que está asociada a mayor sensibilidad hacia el dolor.
EFECTO DE LA MEDICACIÓN ANALGÉSICA EN LA ARQUITECTURA DEL SUEÑO DEL PACIENTE CON DOLOR CRÓNICO
Ciertos fármacos que empleamos habitualmente en el tratamiento del paciente con dolor crónico pueden afectar a la arquitectura del sueño. A pesar de que se asume que los fármacos analgésicos se prescriben para controlar el dolor, se ha visto que también pueden interaccionar a nivel de la calidad del sueño y en consecuencia afectar a la percepción de la intensidad del dolor del paciente, como hemos comentado en apartados anteriores. La mayoría de las investigaciones, en este campo, se han realizado sobre opioides, más concretamente sobre morfina. El efecto analgésico de estos fármacos viene mediado por la acción sobre los subtipos de receptores ?, delta y kappa. La activación de los receptores mu y kappa es la responsable del efecto de sedación de estos fármacos, por la inhibición de las neuronas colinérgicas y noradrenergicas. En humanos con dolor crónico, la administración de morfina produjo una supresión dosis dependiente de la fase REM y SWS esenciales para el desarrollo fisiológico correcto de los ciclos del sueño. A la hora de plantear la pauta de tratamiento analgésico, se recomienda el empleo de formulaciones retardadas, en vez de liberación rápida, para el óptimo manejo analgésico del dolor crónico, ya que en estudios realizados se objetiva que el empleo de formulaciones retardadas, reduce la aparición de trastornos del sueño asociado a fármacos analgésicos.
CONCLUSIONES
Se estima que entre un 50-70% de los pacientes con dolor moderado-intenso sufren trastornos del sueño, ello supone una merma significativa en su calidad de vida asociada al propio sufrimiento del dolor crónico. La calidad del sueño se está empezando a considerar como un factor crítico e independiente del resto de comorbilidades asociadas al dolor. Una mayor intensidad de dolor se ha asociado a una mayor prevalencia de trastornos del sueño, siendo esta relación recíproca y que perpetúa un círculo vicioso. Estudios realizados sobre opioides y sueño, demuestran que la administración episódica de este tipo de analgésicos, produce una disminución de la fase REM del sueño y aumento de los despertares nocturnos. Por ello, recomiendan la administración de formulaciones retardadas para evitar picos de dosificación, observándose un aumento del número de horas de sueño, menos problemas para conciliarlo y reducción del consumo de hipnóticos. En conclusión, los pacientes con dolor crónico sufren con frecuencia mala calidad del sueño. Este trastorno en el descanso nocturno, como hemos visto, repercute negativamente en la percepción del dolor, e incluso puede requerir un aumento del consumo de analgésicos, como consecuencia de perpetuación del circulo vicioso sueño y dolor. La repercusión que tiene una analgesia efectiva sobre la arquitectura del sueño, y más específicamente con el manejo de los opioides, queda de manifiesto. Consideramos relevante empezar a considerar en nuestra práctica clínica habitual la calidad del sueño como marcador de calidad del manejo analgésico del paciente con dolor crónico.

conclusiones de estudios

Un defecto en el sistema inmune puede causar el SFC

rituEl síndrome de fatiga crónica podría estar causado por una alteración del sistema inmunológico. Un reciente estudio del Hospital Universitario de Haukeland en Bergen (Noruega) ha descubierto un defecto en el sistema inmune que hace que éste ataque al propio organismo causando, según aseguran, el síndrome de fatiga crónica (SFC), de acuerdo a los resultados de un estudio publicado en PLoS One.(http://www.plosone.org/).
Hasta ahora había mucha controversia sobre el origen de esta enfermedad, todavía desconocido, después de que algunos estudios la hayan relacionado con la presencia de un virus, lo que frenaba también la aparición de posibles tratamientos. Sin embargo, los autores de este estudio han descubierto que un fármaco que actualmente se utiliza para el cáncer logra inhibir la función del sistema inmune y aliviar los síntomas de este trastorno, lo que consideran «una noticia muy alentadora».
La primera clave de este hallazgo data de 2004, cuando estaban tratando a una paciente que sufría linfoma de Hodgkin, una forma de cáncer de los glóbulos blancos, y síndrome de fatiga crónica. Cuando la mujer recibió un tratamiento para el cáncer, llamado rituximab, los síntomas de su fatiga crónica mejoraron durante cinco meses.
Rituximab
Esto les llevó a un nuevo estudio basado en el seguimiento de este hallazgo previo, e involucró a 30 pacientes con este trastorno. La mitad recibió dos dosis de rituximab, dirigido a eliminar un tipo de glóbulo blanco, y la otra mitad recibió un tratamiento placebo. Tal como informan los investigadores, entre los pacientes que recibieron el fármaco, un 67% informó de una mejora en sus niveles de fatiga. En el grupo placebo, en cambio, sólo un 13% mostró algún tipo de mejora. «Hubo una respuesta variada: un alivio nulo, moderado o drástico de todos los síntomas», explicó a la BBC Oystein Fluge, oncólogo que dirigió el estudio. Además, añadió, «dos no tuvieron recurrencia (de sus síntomas), por lo que su vida cambió completamente de forma muy drástica».
La teoría de Fluge es que un tipo de glóbulo blanco, los linfocitos B, producen un anticuerpo que ataca al organismo. De este modo, cuando el fármaco «limpia»los linfocitos, en algunos casos puede «reiniciar» el sistema inmune. Sin embargo, en ciertos pacientes regresan los síntomas de fatiga cuando se producen más linfocitos B. «El hecho de que algunos pacientes respondan al tratamiento con una mejora en la función cognitiva, la fatiga y el dolor nos hace pensar que estamos tocando uno de los mecanismos centrales»,reconoce este experto, en declaraciones recogidas por Europa Press.
Los científicos están ahora investigando el efecto de suministrar más dosis durante un período más largo de tiempo. Si sus presentimientos son correctos deberán responder a más interrogantes, por ejemplo, qué es lo que en realidad está atacando el sistema inmune y si es posible o no desarrollar un análisis para la fatiga crónica.